Carlos de Rokha (1920-1962)

09.02.2013 19:27

El poeta chileno Carlos de Rokha, gran admirador de Rimbaud e hijo del también poeta Pablo de Rokha, es hoy en día un gran desconocido para muchos amantes de la poesía a pesar de la fuerza y del magnetismo imperecedero que reside en sus versos, algo difícil de obviar para quien se acerca a su poesía. Carlos Díaz Anabalón, como así se llamaba, desarrolló en su poesía un surrealismo puro, impactante y, revelador de un mundo interior plagado de imágenes sobrecogedoras. Un estado de conciencia misterioso donde lo incomprensiblemente humano y lo humanamente incomprensible se muestran al exterior en una suerte de lenguaje encantado a través del cual es posible visualizar otros mundos.

Su inestabilidad psíquica a consecuencia de la esquizofrenia que al parecer padecía (diagnóstico erróneo desde el planteamiento de quienes lo consideraron un visionario injustamente incomprendido para su tiempo) fue una constante a lo largo de toda su vida. Una vida de duros contrastes emocionales, que finalizó a consecuencia de una sobredosis de barbitúricos cuando el poeta contaba con la corta edad de 42 años. 

Sus obras fueron: "Cántico profético al primer mundo", "El orden visible", "Memorial y llaves" y "La Pavana del gallo y el arlequín". 

Os dejo aquí uno de sus poemas: 

CASCADA DE COPA

Escribid mi nombre en el libro de la noche,

donde yo anuncio la venida de un océano más negro

A la caída de los pájaros que han perdido sus alas

sobre los follajes en que sangra el sol,

es preciso saber sonreír a cualquier precio.

Ser el paseante de un bosque de árboles negros y blancos.

Las araucarias pueden servirnos de puentes levadizos

o de lo contrario todo estaría perdido.

Al borde de un espejo sin fondo,

donde un gran pájaro de nieve imita las cascadas

Decidme

Dónde hay una reina que devore el corazón del prisionero

Decidme

Cuántos ángeles pueden nadar en una gota de agua